Darío Pérez es parte de nuestro Instituto desde el año 2004. Académico e investigador, realizó su Doctorado en el Centro de Investigaciones Ópticas de la Universidad de La Plata. Desde su llegada ha ganado diversos proyectos de investigación fundando el Laboratorio de Óptica Atmosférica y Estadística (@SOL, del ingles Atmospheric and Statistical Optics Laboratory) que dirige desde su creación. Actualmente es Profesor Titular en el Instituto y además se desempeña como co-director del Centro de Óptica Adaptiva de Valparaíso (CAOVa). Ha sido reconocido en distintas oportunidades por sus contribuciones científicas y académicas.
¿Cuáles son tus principales temas de investigación y cómo fueron tus inicios en ellos?
“Mi principal tema de investigación es la propagación de luz en medios turbulentos. Cuando comencé, creo que no había nadie en Latinoamérica que trabajara en este tema, así fue un trabajo en solitario bastante duro, pero una gran experiencia para mí. La presentación que hizo mi antiguo tutor (Dr. Mario Garavaglia) en ese momento es que iba a trabajar en un área que era inexplorada [en latinoamérica] y que iba a tener un gran impacto en la astronomía. Él, lo que pensaba era tener un impacto cercano a la corrección de lo que la turbulencia hace sobre los telescopios. Pero en las condiciones en que nos encontrábamos estábamos muy lejos de lo que se podía lograr y muy lejos de un telescopio. Primero en cuanto a conocimientos y segundo, no habiendo otros especialistas, en capacidad—La Plata se encuentra a más de 1500 km de los telescopios ópticos de clase mundial en Chile. Es un tema muy complejo que requiere mucho esfuerzo colaborativo entre ingenieros, físicos y astrónomos para resolverlo; sigue siendo un gran problema de la astronomía actual.”
¿Qué te motivó a seguir trabajando en este tema?
“Era un gran desafío. Yo estaba buscando algo que tuviera algún impacto social y que no tuviera la abstracción que muchos temas de física teórica tienen—que son difíciles de llevar al público. Su impacto social es bajo en términos de la aplicación tecnológica. No es que no exista, sino que el camino es largo y el tiempo de aplicación entre un resultado teórico y su puesta en práctica pueden ser unas cuantas decenas de años. Yo en la licenciatura ya había hecho un trabajo en física de partículas y decidí que ese tipo de temas no era algo que me atrajera. Quería explorar un tema de física aplicada que tuviera un impacto social a tiempo medio y así empecé a trabajar en esto y con el tiempo fui encontrando caminos de aplicación, pero eso requirió de un trabajo importante.”
¿Cómo fue tu experiencia al llegar a Chile?
“Era una época en la que el Instituto de Física estaba mutando, como luego mutó toda la Universidad. Pasó de ser un lugar donde se hacía principalmente docencia a convertirse en un lugar donde se hacía investigación. Yo fui uno de los primeros profesores contratados con perfil científico. Era un desafío. Había que ganar proyectos y había que equipar un laboratorio que no existía. También fue por una necesidad mía, porque en Argentina estaba claro que el camino para alguien que quería hacer investigación y que quería independizarse no era posible porque también los temas de investigación estaban muy limitados a ciertos grupos que ya tenían una fortaleza política [partidaria]. Lamentablemente la ciencia en Argentina se mueve más por política y por contactos que por parámetros más objetivos. Era muy difícil crecer ahí en un ámbito tan hostil y llegar a Chile daba muchas oportunidades. Logré ganar algunos concursos FONDECYT y eso permitió crear el Laboratorio de Óptica Atmosférica y Estadística (@SOL) que dirijo desde su origen.”
Eclipse con ciencia
Con ocasión del Eclipse Solar del 14 de diciembre del 2020 en la zona de la Araucanía en Chile, Darío dirigió un experimento colaborativo que invitaba a la comunidad a convertirse en científicos recolectando datos sobre las “Cintas de Sombra”, un fenómeno que se puede observar en los eclipses totales de Sol y que podría ayudarnos mejorar el desempeño de los telescopios de última generación que se están instalando en nuestro país.
¿Cuál era la idea y qué resultados se buscaban al realizar este experimento durante el eclipse del 14 de diciembre?
“La idea era realizar un experimento colaborativo para obtener información de cómo se comportan la turbulencia a baja altura, que es un fenómeno muy poco comprendido. Se sabe mucho de la turbulencia libre por encima del kilómetro de altura, pero por debajo de él hay mucha interferencia de la superficie y hace que esa turbulencia se comporte de una manera que es atípica. Con el eclipse íbamos a ver como esa turbulencia de baja altura se comporta, o íbamos a tratar de inferirlo. La idea era tener muchos participantes que observarán un fenómeno que se aprecia bien en la zona de totalidad del eclipse y que consiste en observar al suelo, mirando en una pantalla donde aparecen unas cintas de luz y sombra que se mueven y que se capturan con una cámara de celular. Esos videos se iban a subir a una plataforma web e íbamos a recolectar toda esa información. Esa era la idea del experimento colaborativo Eclipse con Ciencia”
¿Por qué se optó por realizar un experimento que convocara abiertamente a la comunidad?
“El concepto es muy lindo. De alguna manera el proceso era intentar que la gente se incorporara al método científico. Eso en parte funcionó, aunque no tuvimos tantos voluntarios como esperábamos. Tuvimos alrededor de 10 experimentos, aunque de estos no todos tuvieron éxito. Si hubiesen sido 10 experimentos exitosos hubiera sido fantástico, porque era el numero que yo esperaba tener como mínimo; sin embargo el clima nos jugó una mala pasada. Pero esto nos enseña a pensar el experimento de otra manera para una próxima oportunidad.”
De acuerdo con esta experiencia ¿Cuáles son los resultados y aprendizajes de este primer experimento colaborativo?
“Por un lado, el experimento como yo lo tenia pensado, en general, fracasó. Pero el concepto en sí sigue siendo muy interesante. Esta podría ser la versión 1.0 del experimento, entonces el camino para mi ahora es ver en que se equivocó y que se puede corregir para que en el próximo intento las chances de fracaso sean menores y poder medir el objetivo. Así funciona la ciencia experimental. A la gente que participó le envié un mensaje luego del eclipse de cómo habíamos fracasado, pero había sido un éxito de todas maneras porque todos habíamos aprendido cosas. Es así que cuando uno planea un experimento, hay variables que pueden quedar fuera de nuestro control. Por otro lado, no tuvo el alcance que esperaba, entiendo que el tiempo de planificación para un experimento de esta magnitud cuando uno espera que tenga participación [amplia] debe ser con muchos meses de anticipación; además de tener muy claro el rol de las redes sociales. Ahora, con todo aprendido se puede planear un nuevo experimento para los próximos eclipses pensando [y mostrando] que este tipo de experimentos colaborativos tiene un gran valor para la sociedad.”
Darío Pérez https://fis.ucv.cl/
CAOVa http://caova.pucv.cl/.