“Boris Padilla se incorpora al Instituto de Física PUCV con una mirada innovadora a la formación pedagógica en ciencias”

Con una trayectoria vinculada al sistema escolar y a la docencia universitaria, busca aportar al proceso de formación de profesores y fortalecer el nexo entre la universidad y su entorno educativo.

Tras más de una década dedicado a la enseñanza de la física en el sistema escolar, Boris Padilla Gaete se integró formalmente como académico al Instituto de Física de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, casa de estudios de la cual egresó en el año 2011. Si bien ha estado vinculado esporádicamente con la docencia universitaria, tanto en la PUCV como en otras instituciones, fue en 2016 cuando comenzó a tener mayor continuidad en su participación dentro del Instituto, mediante la supervisión de prácticas profesionales.

En esta entrevista, conversamos sobre su trayectoria como profesor, los desafíos que ha enfrentado en el camino, su mirada sobre la formación docente y la enseñanza de la física en Chile, además de los proyectos que tiene en mente.

De la práctica al aula

– ¿Qué lo motivó a integrarse a la PUCV?

– Yo creo que más que nada fue la confianza que depositaron en mí. Asumir el trabajo de supervisar las prácticas, que es una parte importante de la formación. Entonces, eso me motivó a proyectarme en esa área.

– ¿Qué es lo que más destaca en el ámbito humano y académico?

– Yo creo que por el lado humano hay harto en el sentido de que, en la práctica de profes de física, se ven muchas cosas que en la formación, digamos, formal, no aparecen. Tienen que ver con la dimensión emocional sobre todo. Lo que tiene que ver con un profe estando dentro de una sala de clase, relacionándose con otro grupo de personas que son sus estudiantes. Entonces, ahí aparecen un montón de cosas. La frustración, si no te resulta algo, o ese encanto que genera conectar con los estudiantes y hacer que se sorprendan de alguna cosa que tú les estás contando.

Proyectos y formación

–  ¿Cuál ha sido el foco principal de su investigación en los últimos años?

– Hace poco terminé el magíster en Didáctica de las Ciencias y mi tesis se enfocó en el conocimiento pedagógico del contenido, específicamente en las orientaciones hacia la enseñanza. Esto tiene que ver con las creencias y decisiones que toma un profesor sobre la educación científica, que pueden ir desde un enfoque más técnico hasta una perspectiva más transformadora. En la tesis desarrollé un instrumento para caracterizar esas orientaciones, y en general, mi foco ha estado en la formación de profesores.

–  ¿Tiene proyectos en carpeta que le gustaría desarrollar desde la PUCV?

– En términos formales todavía no, pero tengo hartas ganas de hacer cosas. Una de las primeras es fortalecer el vínculo entre la Universidad y el Instituto de Física con el sistema escolar, ya que es algo que creo en lo que estamos un poco al debe.

– Y pensando a futuro, ¿le interesaría conectar su trabajo con otras áreas?

– Sí, me interesa desarrollar las perspectivas pedagógicas, para que los estudiantes de pedagogía las exploren desde temprano. Además, junto a un colega queremos revivir la asignatura de “Física y Humor” como un ramo de formación general, incorporando elementos actuales, como los memes, para facilitar el aprendizaje. También hemos trabajado en un proyecto con profesores del sistema escolar para el lanzamiento de cohetes de agua, que además de la parte técnica, genera una conexión afectiva importante entre los estudiantes.

Panorama actual y consejos para el futuro

– ¿Cómo evalúa la situación de la física en Chile?, ¿existen desafíos? 

– La situación de la enseñanza de la física en Chile atraviesa un momento complejo. En el currículum escolar se han reducido las horas destinadas a esta asignatura, lo que ha afectado su presencia en las aulas. Además, muchas veces se percibe como una materia fría o despersonalizada, lo que aleja a los estudiantes. Por eso es importante rescatar el componente afectivo en su enseñanza. La física no es resolver problemas, identificar, despejar la X y encontrar un resultado, sino que la física se trata de entender, con una expresión matemática, qué significa eso que está ahí.

A esto se suma una baja en el interés por estudiar Pedagogía en Física, con cifras críticas de ingreso en algunas universidades. Aunque siempre hay demanda laboral para profesores de física, somos muy pocos los que egresamos. Se requiere no solo enseñar contenidos, sino también fomentar el pensamiento crítico y el diálogo. No basta con saber física para llegar a hacer clases, eso lo hace una carga difícil. Se juntan dos cosas que, en general, no están en su mejor momento. La física, que suele no ser una disciplina que le guste a mucha gente y, ser profe, que tampoco. 

– ¿Qué mensaje le daría a los estudiantes que recién se están acercando a la física como disciplina?

– Primero, es que para la física, lo importante, es sacar ese manto de que es solo para genios. Ninguna disciplina exige que seas más inteligente que el resto de las personas. Lo que sí se requiere es dedicación, y eso es para cualquier cosa de la vida. Entonces, en la medida en que tú tengas ganas de aprender, de conocer, hay que echarle para adelante. No importa el ritmo de avance, no hay que compararse con el resto, hay que compararse con uno mismo. Si uno quiere desarrollarse en un área, yo creo que eso es lo fundamental. 

La incorporación del docente al Instituto de Física de la PUCV representa un valioso aporte para fortalecer la enseñanza de la disciplina. Además, su experiencia en el aula y su visión pedagógica conectada al área emocional permitirán abrir nuevas oportunidades para conectar la universidad con el sistema escolar y enriquecer el aprendizaje científico.

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